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De Chilombia con sabor La Chilombiana
Restaurant Las Tejas, sábado 10 de julio
$4.000
David Ponce
Ya es bien pasada la medianoche y la Banda Conmoción ha hecho su trabajo de poner a bailar, saltar y sudar a todos los centenares de seguidores que llenan el restaurant Las Tejas desde el borde del escenario hasta el pasillo de entrada, la puerta y la misma vereda de la céntrica calle San Diego a la altura de la segunda cuadra. Hay temperaturas polares en Santiago en estas noches, pero nada que ver con Las Tejas, porque está hecho un horno de cumbia y carnaval aquí adentro, y la cumbia sigue ahora. La cumbia con sabor auténtico colombiano. O chilombiano, porque el último número de la noche es La Chilombiana.
No es una cantante, sino una banda. Y una banda internacional. Activa desde hace un par de años, La Chilombiana sale a escena ahora con una conjunción de músicos de Colombia, Ecuador y Chile: esta noche van a trabajar la colombiana Gina Lollobrigida de la Hoz, integrante de La Ceiba y Bareke en voz y maracas; el chileno-ecuatoriano Tocori Berru en voz y bajo y los músicos Ramiro Durán (guitarra y cuatro), Carlos Marchant (trombón), de la banda de reggae Kitra, Janno Bustos (saxo tenor), de Rey Mono; Sebas López (saxos barítono y alto), Leo Fecci, saxofonista de la misma Conmoción como invitado; y un despliegue de percusiones con Cristian Duarte, Danilo Donoso, de Inti-Illimani Histórico y Los Bipolares, y Sebastián Redolés, de la banda de Mauricio Redolés y de otros conjuntos como La Romería de Santa Fortuna y Chaleco de Lana.
Con tal formación el repertorio de La Chilombiana va a ser igual de variado y no se va a quedar quieto en ninguna de las posibilidades de la jarana nacional. Hay letras contestatarias, hay hay rock teñido de reggae, como cuando La Chilombiana abre su espectáculo con un cover de los mejores Sumo en "Que me pisen", hay ritmo latinoamericano de fandango, muy hermanos de los pulsos afroperuanos, hay porro colombiano y hay cumbia, pero con el valor auténtico e impagable que Gina Lollobrigida de la Hoz imprime a su modo sabroso de tocar las maracas, mientras en la segunda línea del escenario todos los percusionistas se intercambian continuamente sus instrumentos en una rutina endemoniada. Colombia es una república hermana, Chile es otra y Chilombia queda justo a medio camino y está en constante movimiento. |
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